lunes, 3 de enero de 2011

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"En el 60'.
Y en el 2011 también"

(a partir de este corto: "Un juego absurdo" de Gastón Rothschild)



Corrían los finales de 1960 y Lacan estaba dedicado a hablar de amor en su seminario:


"Esa mano que se tiende hacia el fruto, hacia la rosa, hacia el tronco que arde de pronto,

su gesto de alcanzar, de atraer, de atizar,

es estrechamente solidario

de la maduración del fruto,

de la belleza de la flor,

del llamear del trono.

Pero cuando, en ese movimiento de alcanzar, de atraer, de atizar,

la mano ha ido hacia el objeto suficientemente lejos,

si del fruto, de la flor, del tronco,

sale una mano que se tiende al encuentro de la mano que es la de ustedes,

y que en ese momento es la mano de ustedes la que se fija

en la plenitud cerrada del fruto, abierta de la flor,

en la explosión de una mano que llamea -

entonces, lo que ahí se produce, es el amor.
(...)

Vean lo que entiendo acentuar por medio de este mito:

todo mito se relaciona con lo inexplicable de lo real,

y siempre es inexplicable que lo que sea responda al deseo"


(pasaje de la clase del 7 de diciembre de 1960, seminario VIII de Lacan, ""La transferencia, en su disparidad subjetiva, su pretendida situación, sus excursiones técnicas"; versión establecida por Ricardo Rodríguez Ponte; el subrayado es mío)


Véan funcionar este pasaje, en una fiesta de los tempranos 60':




¿Y si el problema de él no estuviese en el escote de ella
("si accedo a sus tetas se me acabará el deseo")
?,


El pasaje citado de Lacan quizás nos permita reformular la cuestión de nuestro antihéroe:
su problema
(digamos: donde a él verdaderamente "se le queman los papeles")
está en
no saber cuándo
y a qué
responderá ese escote femenino

("siempre es inexplicable que lo que sea responda al deseo", propone Lacan, basándose en la experiencia del consultorio...)


... Claro, alguien podría decir:

"¿y por qué no saber habría de ser un problema?"...


¡No vale!: ésa es pregunta de psiconalista.


Guillermo Cabado


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