viernes, 14 de agosto de 2009

1ra entrega de "NO PIERDAS DE VISTA EL CUADRO"


Serie con animaciones y videos
"¡EN EL CONSULTORIO NO!"
Mandamientos difundidos.
Sin debate concebidos.



- 3 -

"No pierdas de vista el cuadro"
(primera entrega)


Lo que aquí inicio es fruto de discusiones
con mi propia práctica, en este caso al calor
de los seminarios VII y XI de Lacan.
La apuesta, una vez más:
cuestionarme el hacer,

precisar sus por qué,
disponerme a soltar lo que pide caer.
Y compartir una pasión
que ambiciona intercambio.




"¿Qué clase de paciente tenés frente a vos?", "¿qué cuadro presenta?", "¿cómo podés tratarlo si no lo sabés?".

Cuando un psicoanalista se hace estas preguntas, está afuera.

(todo este recorrido que aquí sólo inicio intentará decir por qué)

Está afuera del campo en donde sucede un psicoanálisis.

Si está afuera, también está afuera el que le habla.
Aunque los dos estén adentro del consultorio conversando.

Todo lo que habrá allí serán temas que acaso pinten de cuerpo entero al paciente, a su familia, a su historia.

Pero no es poniéndose al servicio de eso que habrá un psicoanálisis.

Hace falta que suceda otra cosa mientras se habla de temas.




Y hace falta ponerse al servicio de lo que sucede mientras se habla de temas,
para servirse de ello en la cura.
(1)

Fue por todo esto que Lacan se metió con un cuadro del siglo XVI: "Los embajadores", de Hans Holbein, pintado en la corte de Enrique VIII.

¿Pero qué demonios podrá tener que ver ese cuadro con un tratamiento?

Paso a paso...

Les propongo hacernos acompañar por un tipo que sepa de pintura hasta la National Gallery de Londres (2):
"mire licenciado, doctor, lo que sea... a mí me interesa una pintura en particular; necesito que me ayude a
entenderla".




El guía, ya ha fijado sus honorarios, se dispone a hacernos pata en la aventura que le proponemos:
la del sujeto del conocimiento (3),
la de aquél que apuesta a encontrar el buen punto de vista desde donde poder entender lo que necesita entender.

(lo que se necesita entender es tan diverso e insólito como los nombres de lo que nos apremia:
ya el secreto de una pintura, ya el por qué me hago pis en la cama.
Ya el contexto histórico de tal cuadro, ya el trauma de mi pasado que habría de explicar (?) esta enuresis que me hace penar...)


Para el sujeto en cuestión
cuanto más hablamos y miramos y analizamos
más cerca estamos de la verdad...


(Holbein retratista de la corte de Enrique VIII, la misma de la serie de TV "Los Tudor"/los retratados: dos embajadores franceses que intentarán convencer al rey de que no anule su matrimonio con Catalina de Aragón para evitar la ruptura con la iglesia católica...



... Sobre la mesa: símbolos del prestigioso saber que los avala / Se trata de un óleo sobre tela/ observen los elementos pintados/ la perspectiva utilizada, la...)


Para no ponernos largueros, aquí una pausa.
Nuestra visita al cuadro continuará con la próxima entrega de esta suerte de folletín. Para entonces comenzaremos a entramar nuestra aventura de sujetos del conocimiento con lo que sucediera entre un hipotético paciente (4) y su psicoanalista, cuando aquél ingresara enfurecido al consultorio...

Los dejo vagando por Londres. Biquerful!.


Guillermo Cabado


(La animación insertada en este blog es una compaginación mía hecha sobre la fuente de un video hallado en Youtube como "Art Presentation")


(reproducción en una calle de Londres, como parte de la publicidad del Museo)




(1) Para quien haya visitado el seminario VIII de Lacan esta fórmula de servir para servirse les resonará en la clase de apertura del mismo, cuando reúne a Freud con Sócrates.

(2) El cuadro en cuestión se encuentra en el 2do nivel, sala 4 de la National Gallery: clic aquí


(3) Para ir poniendo en perspectiva: se trata del sujeto cognoscente, el sujeto cartesiano que Lacan contrapondrá al sujeto del significante en el seminario XI, cuando retome durante febrero y marzo de 1964 su diálogo con "Los embajadores", iniciado en su seminario VII. Las versiones de dicho seminario XI con las que cuento en castellano son la de Paidós (revisada por Diana Rabinovich) y una traducida por Oscar Masotta. Cuando surgen diferencias acudo, diccionario en mano, a las valiosas estenotipias de la página de la École Lacanienne: http://www.ecole-lacanienne.net/seminaireXI.php, que en general terminan inclinando la balanza hacia la de Masotta.

(4) El relato que les compartiré no será sin la suficiente deformación de una situación de consultorio; deformación necesaria a efectos de hacerla pública.



1 comentario:

  1. A partir de una comentario de María del Rosario, adelanto:
    sin dudas que Lacan pensando a Freud piensa la neurosis obsesiva, la histeria, la fobia,la paranoia, etc.. Si bien confío en que se irá esbozando con el avance de la serie, trato de adelantar dos puntos:
    a) estudiemos lo que estudiemos cada vez que nos entrenamos, el punto es que en el momento de la escucha tratemos de no caer en algo de lo que nadie está exento de caer: la tendencia a OBJETIVAR al paciente (creo que es algo a lo que a veces apelamos inadvertidamente para resguardarnos de lo que "mueve" el encuentro con el que nos habla). Objetivar es estar ESPERANDO AL PACIENTE EN TAL O CUAL "ESQUINA"(esperarlo hasta que "esté preparado" para darse cuenta de lo que nosotros ya sabríamos antes que él, gracias a los que nos enseñan los cuadros clínicos);
    b) si pudiéramos ir desgranando las reflexiones del seminario VIII sobre la transferencia confío en que se podría desplegar la lógica de la que se desprende el por qué no hay modo de hacer casuística de casos sin caer en "el pisoteo de elefante del capricho del Otro" ("Subversión del sujeto..." dixit)

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