martes, 30 de noviembre de 2010



El final del seminario VIII de Lacan

y "El nacimiento de Venus" de Botticelli


Cierto hábito del mercado audiovisual

en asociar el brillo de la sonrisa de Julia Roberts con pintores,

nos da excusa para hablar de la transferencia:

del Tintoretto (Julia con Woody Allen en "Todos dicen te quiero")

a Botticelli (la actriz vendiendo café en un comercial italiano)



(la Venus de Botticelli y lo que emerge en estado de forma fascinante)


Después de aquella atractiva historia de Allen sobre secretos eróticos robados de las sesiones de análisis de Julia Roberts (secretos como flores de un día: en su pronta caducidad revelaban que en un análisis no se trata de palabras, sino de palabras dichas en transferencia) (*) ...

otra vez la Roberts vinculada a la pintura italiana (en este caso con toda la lata de haber cobrado un millón y medio de euros por 45 segundos sin decir palabra), me trae ecos de los planteos de Lacan sobre la transferencia, en esta ocasión en la última sesión de su seminario "La transferencia en su diparidad subjetiva, su pretendida situación, sus excursiones técnicas"...


(la traducción y establecimiento del texto han sido realizados por Ricardo Rodríguez Ponte para circulación interna de la EFBA)



(...) "El término mismo de investimiento adquiere todo su sentido de la ambigüedad que comporta el besetzt alemán — se trata no so­la­mente de una carga, sino de algo que rodea el blanco central. Si a pro­pósito de esto es preciso que nos enfrentemos a alguna evidencia, tomemos entonces la imagen que podemos decir que es erigida en la culminación de la fascinación del deseo, la que se renueva con la mis­ma forma del tema platónico en el pincel de Botticelli — el na­ci­mien­to de Venus, Venus Afrodita, hija de la espuma, Venus saliendo de la onda, cuerpo erigido por encima del oleaje del amor amargo. Venus — o también Lolita (el personaje de Nabokov). ¿Qué nos enseña esta imagen a nosotros, los analistas?"









"Nosotros supimos identificarla en la ecuación simbólica, para emplear el término de Fenichel, Girl = Phallus.[1] Pues el falo, ¿qué nos enseña?, sino que se articula aquí, no de otra manera, sino, ha­blan­do con propiedad, de la misma, que el falo, ahí donde lo vemos sim­bó­licamente, es justamente ahí donde no está, ahí donde lo suponemos bajo el velo. Si se ha manifestado en la erección del deseo, es de este lado del espejo, ahí donde está, es ahí donde no está. Si está ahí ante nosotros, en ese cuerpo deslumbrante de Venus, es que jus­ta­men­te, en tanto que no está ahí y que esta forma está investida, en el sen­ti­do en que lo hemos dicho recién, por todos los atractivos de todos los Triebregungen (mociones pulsionales) que la rodean por fuera, el falo, él, con su carga, está de este lado del espejo, en el interior del recinto narcisista.




"Si el espejo está ahí, tenemos la relación siguiente: Lo que emerge en estado de forma fascinante se encuentra investido por los oleajes libidinales que vienen de ahí donde ha sido retirado, a saber, de la base, del fundamento, si podemos decir, del fun­da­men­to narcisista, de donde se saca todo lo que viene a formar la es­truc­tura objetal — como tal, podemos decir, a condición de respetar sus relaciones y sus elementos. Lo que constituye la Triebregung en fun­ción en el deseo — el deseo en su función privilegiada, distinguido de la demanda y de la necesidad — tiene su sede en el resto, al cual co­rresponde en la imagen ese espejismo por donde ella es justamente identificada a la parte que le falta, y cuya presencia invisible da a lo que se llama la belleza su brillo. Esto es lo que quiere decir el ϊμερος {himeros} antiguo que he traído aquí muchas veces, llegando hasta ju­gar su equívoco con el himera, día. [2]

Aquí está el punto central alrededor del cual se juega lo que te­nemos que pensar de la función de a minúscula".

(sesión final del seminario, 28/6/61)





[1] Otto FENICHEL, «La ecuación simbólica niña = falo», ficha de la E.F.B.A.

[2] [el immérable día.] — Nota de DTSE: “Durante la sesión del 8 de febrero de 1961 {clase 11 de este Seminario, al final, véase mi nota ad hoc}, Lacan juega con la palabra Kalimera, forjando Kalimeros, «buenos días y bello deseo»”. — La palabra immérable no existe en francés. — JAM/2 corrige: [ήμέρα {hemera}, el día.]


(*) Respecto de "Todos dicen te quiero" de Woody Allen, pueden consultar las escenas a las que refiero en "Lacan con cine" virtual: http://lacanconcine.blogspot.com/



sábado, 20 de noviembre de 2010


A la mañana siguiente

(o un curioso video sobre aquel "Juanito"
de Freud)




"¿A dónde van las palabras que no se quedaron?
¿A dónde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas como prisioneras de un ventarrón?,
¿o se acurrucan entre las rendijas buscando calor?

("¿A dónde van?", Silvio Rodríguez)





Luego de revisar y ajustar el último envío de telegramas visuales sobre psicoanálisis, en el que jugaba con la idea de "inyecciones invertidas" (1), recordé este pasaje que siempre amé de Freud ...

(para evocarlo permítanme poner primero un poco de música...)




(Eulogio Dávalos y el "¿A dónde van?" de Silvio)


Ahora sí:

Se trata de un agregado que hiciera en 1923 al análisis de la fobia de Juanito que había publicado 14 años antes (el subrayado es un agregado mío):

"Desde luego, quien haya podido convencerse, en los análisis de adultos, de lo infaltable del complejo de castración, hallará difícil reconducirlo a una amenaza fortuita y que no en todos los casos puede producirse, y se verá precisado a suponer que el niño construye este peligro a partir de las más leves indicaciones que nunca faltan".

("Análisis de la fobia de un niño de cinco años" de 1909, Sigmund Freud, Obras Completas, tomo X, pag 9, edición Amorrortu)


Amé en él ese espíritu investigativo de Freud.
Su constante interrogación y disposición a dejar caer lo que no se sostiene.

Y el valioso deslizamiento que esboza:

de la idea de un contenido inyectado por tal o cual miembro familiar
a un hacer, no volitivo, del sujeto
(
"el niño construye este peligro")

Ese pasaje tiene el encanto de los rincones:

en esos pocos renglones medio desapercibidos a pie de página
también se evidencia la persistencia de Freud en no abandonar la idea de
representación:

si hay un símbolo no será sin un referente, un hecho acaecido (eso a lo que él alude allí como
"las más leves indicaciones que nunca faltan").

Un punto donde
claramente la concepción de significante de Lacan se diferenciará de Freud con consecuencias clínicas, sin por eso dejar de ser, radical e inevitablemente, freudiano.

(No hay Lacan sin Freud.
Porque no hay psicoanálisis
sin ese faro de pasión y problematización
que fue Sigmund Freud)



(el niño al que Freud se refiriera como "Juanito", o "el pequeño Hans")


En eso estaba, cuando navegando por la WEB tropecé con un curioso video, que quizás muchos ya conozcan, donde aparece otra vez, como se le apareciera a Freud con 19 años, el ex pequeño Hans (seudónimo que supo proteger el verdadero nombre que con el tiempo se conociera: Herbert Graf ) (2).

Un Hans, o Herbert, bastante más crecido. Ahora junto a una tal María Callas...






Lic Guillermo Cabado



(1) Pretender estos telegramas visuales siempre resulta el desafío de caminar por el borde del malentendido y la inevitable inercia a la imaginarización. La "inversión" planteada en dicho nro 6 de los "telegramas visuales" (clic aquí) alude no sólo a la inversión de la direccionalidad en la producción del efecto de sentido entre el sujeto y esos otros portadores de mandatos familiares, sino también a un planteo que propone una inversión desde la tridimensión de los "cuerpos inyectables" a la superficie bidimensional, topológica (al fin y al cabo... ¿en qué consistiría esa extraña imagen de "inyectar con los propios fantasmas la pura cáscara de la ley"?).

Como sea, y a partir de algunas consultas recibidas, comento que el planteo que en esa zaga hago sobre la repetición puede ser rastreado en Lacan en muchos pasajes de su enseñanza, pero sugiero especialmente su escrito "El seminario sobre la carta robada" y las primeras cinco clases de su seminario IX, "La identificación" (recomiendo aquí el texto establecido para la EFBA por Ricardo Rodríguez Ponte).


(2) Saben ustedes que el inventor del psicoanálisis volvió a encontrarse con "Hans" cuando el niño ya era un muchacho de 19 años. Aquí parte del relato que hiciera Freud en 1922 (otra vez, el subrayado es intromisión de mi parte):

"Una comunicación del pequeño Hans me resultó particularmente curiosa. Por lo demás, no me atrevo a darle una explicación. Cuando leyó su historial clínico (refirió él) todo se le antojó ajeno, no se reconoció, no pudo acordarse de nada, y sólo cuando se topó con el viaje a Gmunden vislumbró algo así como una chispa de recuerdo de que podría haberse tratado de él mismo. Así, el análisis no había preservado de la amnesia el episodio, sino que él mismo había caído bajo ella. Algo parecido le pasa muchas veces en el dormir al familiarizado con el psicoanálisis. Despierta de un sueño, se resuelve a analizarlo sin dilación, torna a dormirse, satisfecho con el resultado de su empeño, y a la mañana siguiente ha olvidado sueño y análisis"

("Apéndice al análisis del pequeño Hans" de 1922, Sigmund Freud, Obras Completas, tomo X, pag 118 edición Amorrortu)


miércoles, 10 de noviembre de 2010



CARTAS DESDE EL ALCÁZAR

(o "Las meninas" después de Lacan y Foucault)



Lola Guzmán e Infanta Margarita


Proyecto "ÉXTIMO (arte y psicoanálisis juegan en un patio vecino)"

Preparando el video para la performance de cierre del ciclo
en la galería de arte "Objeto a"






(borrador con cámara auxiliar de un fragmento del trabajo)



Para saber más sobre "Éxtimo"
visitar:


http://extimopatio.blogspot.com/



Para saber más sobre "Objeto a"
visitar:


http://www.objeto-a.com.ar/



Algunas fotos





















Agradecemos a
Vanesa Lamura, prendas urbanas:
(link)
Honduras 4341

Palermo - Buenos Aires

La pieza que evoca a la Infanta Margarita
fue realizada por la artista
Esther de Huergo