CON FERNANDO PEÑA en "EL PARKIMETRO"
(reportaje radial a propósito de mi obra "Dedos en el espejo")
Fernando Peña:
Estamos
hablando con Guillermo Cabado, autor y director de "Dedos en el
espejo". Me gusta mucho el nombre de la obra, me sugiere imágenes. .. Te
daré, como hace Grondona, tu espacio para que te descargues, así como
hicimos con la oyente que llamó el otro día para hablar de tu obra. Te
resumo lo que comentó ella. Hay una sección en nuestro programa que se
llama "Usted Pregunta". Entonces ella dijo: "¿les puedo hacer una
pregunta yo a ustedes?: quiero saber quién califica el teatro. Porque
fue una amiga mía con los chicos a ver una obra, que está anunciada como
teatro infantil y putean y es un policial y es muy cruel…"
Guillermo Cabado:
Bueno,
mirá, lo de la crueldad no llego a imaginar por qué lo dijo. Pero te
cuento: éste es un trabajo que nos ha llevado un año de armado e
investigación con el grupo Namancha Reflejo, que está conformado por una
cantidad de actores que realmente son, además de talentosos, sensibles.
A lo largo de ese tiempo de búsqueda una pregunta estuvo presente:
¿estamos seguros de qué es lo que pueden y lo que no pueden apreciar los
chicos?.
FP:
Es lo que yo le decía...
GC:
Y
por otra parte, nos hemos preguntado si las cosas que les interesan a
los pibes son solamente aquellas que después de verlas ellos pueden
explicarlas con palabras. Eso por un lado. Nosotros la anunciamos como
una obra para "chicos de 8 a 800 años".
FP:
Bueno
cuando ella me dijo eso, yo le dije "ahora entiendo un poco. A lo
mejor, es un poco irónico y sarcástico, y ellos ya están abriendo la
cancha, como diciendo: ‘aténgase a las consecuencias’ ".
GC:
En
verdad pusimos esa edad de 8 aún a sabiendas de lo arbitrario que es
ese tipo de límites. De hecho la han visto chicos de cuatro años que se
han ido muy enganchados con la cuestión sensorial y estética que circula
en el espectáculo. Hay cuestiones que no van a pescar, pero en fin...
hay tantas que yo mismo no pesco cada vez que me enfrento a la realidad y
no por eso me quedo afuera. Si pusimos esa edad es más que nada porque
en un par de pasajes se apaga la luz por unos instantes y eso…
FP:
Pero a los chicos les gusta tener miedo…
GC:
Es
cierto. Mirá, a nosotros nos parece que ésta es una obra que no se
queda quieta: de a ratos parece comedia, de a ratos no. Por otra parte: a
medida que se fue terminando de armar intuimos que se iba a dar un
fenómeno con los espectadores: los chicos mirando la obra y los adultos
mirando a los chicos ver la obra. A veces pasa que uno, adulto, supone
que a un pibe enfrentado a determinado hecho le va a pasar tal o cual
cosa. Y lo único que terminamos haciendo es mal predisponerlos con
nuestros prejuicios.
Además debo decir que a mí me encantaría que los que puedan ir a verla, saquen sus propias conclusiones. No sé dónde escuchó puteadas...
FP:
Además debo decir que a mí me encantaría que los que puedan ir a verla, saquen sus propias conclusiones. No sé dónde escuchó puteadas...
FP:
No,
y si hubiese tampoco yo le veo ningún tipo de ... Además hay una cosa
como que el chico en su casa puede escuchar puteadas pero oficializadas
en un teatro, o en la televisión o en una radio, no. Eso es una cosa tan
absurda. Yo no lo puedo entender. Pienso que sucede con padres que no
razonan y lo único que hacen es captar un mandato.
GC:
Y, me parece que sí.
FP:
FP:
"No,
la televisión". ¿Cómo un señor de smoking y moño va a decir "andá a la
puta que te parió"?. Pero en la casa el padre vive puteando y está todo
bien.
GC:
Mirá,
nosotros creemos que esta obra tiene distintas puertas de entrada. El
cuentito es un policial al estilo de Sherlock Holmes, que por momentos
vira hacia el policial negro: se trata de saber quién se robó el espejo
de un jardín de infantes, que se llama "Cristal Palace".
FP:
¡La próxima tira de Cris Morena!. "El jardín de infantes Cristal Palace". Registralo.
GC:
...Y
después tiene, creo yo, otro caso a investigar que se filtra entre las
grietas del cuentito de detectives. A mí me gustaría que cada espectador
pueda descubrir ese caso y después de ver la obra, en una de ésas,
tener ganas de investigarlo.
FP:
Ahora me diste ganas de ir a verla, che.
GC:
Uy, sería buenísimo.
FP:
¿Qué horarios tienen? ¿Los lunes y martes tienen función?
GC:
No, lamentablemente, no. Está los sábados y domingos a las cinco de la tarde.
FP:
Ah,
puedo ir el domingo. Sí. Los sábados no salgo yo. Sólo salgo para
trabajar y vuelvo a mi casa. Pero el domingo, sí. Puedo ir.
GC:
Hablando
de los sábados, te cuento que hay una partecita de la obra que fue
escrita el año pasado los sábados escuchando a Milagros López de fondo.
Esas coincidencias muy raras...
FP (como Milagros López):
Ay,
mira qué feliz que me pongo. ¿En serio me lo dices? Otra vez me estoy
emocionando. Una nunca sabe quién te está escuchando del otro lado del
receptor.Ya vamos a volver. El año que viene por Radio Ciudad…
GC:
¡Se
te extraña, Milagros! (...) Bueno, te decía: el otro caso, el que se
filtra por entre las grietas de la historia detectivesca tiene que ver
con un episodio histórico que, a mi juicio, es clave en la formación de
nuestra dichosa argentinidad: la Guerra del Paraguay. Esta guerra
sucedió en la misma época en la que del otro lado del océano se estaba
creando la novela policial inglesa en cabezas victorianas como la de
Connan Doyle. Como sea, a mí me parece que la obra de lo que trata es de
la identidad. Y, para nosotros, toda la obra está armada como un
collage. Eso lo fuimos descubriendo con el tiempo. Un collage hecho
inclusive con cosas que encontramos en la calle. La escenografía está
construida así, por ejemplo. Y a nosotros nos parece que la identidad,
por decirlo de algún modo, es un collage que nunca se queda quieto,
sostenido por un hilo invisible: un día pensamos que somos una cosa; al
día siguiente afirmamos que somos otra cosa. La vida misma. Y todos los
personajes en "Dedos..." tienen la característica de no ser una sola
cosa. Sobre este punto una persona que vio la obra me hizo un comentario
que me pareció muy interesante: me decía que lo que podía inquietar a
algún adulto, más que algún "culo" u otra palabra suelta por ahí o si en
algún momento la historia de detectives se ponía medio dark, es que los
adultos que se ven en escena no son monolíticos, tienen grietas. Por
ejemplo: una maestra que de repente gira y parece que apura un trago
medio a escondidas ...
FP:
Pero que es la realidad también, ¿no?.
GC:
Y,
sí. Yo tengo un hijo de once años. Y a veces, estamos viendo la tele y
aparecen algunas imágenes de noticiarios chorreantes de sangre y me
inquieta que él esté viendo eso. La verdad es que mi primer impulso es
cambiar el canal. Más: a veces lo hago. Como sea, con el tiempo aprendí
que a veces me apresuro a suponer no sé qué cosa en la cabeza de mi hijo
y dejo de escuchar qué le pasa a él con eso, qué mira de eso.
FP:
Además
es una nueva generación. Son otras percepciones. El creció y mamó el
SIDA, la guerra, un montón de cosas con las que vos te encontraste
después. Vos de pronto te econtraste con la guerra a los quince años,
dieciséis, empezaste a estudiar Vietnam sin nunca ver en la televisión
un chorro de sangre, una mano. Se veía nada más que en las
enciclopedias. Yo me compraba la enciclopedia Caxton, para ver las fotos
de guerra y las cosas prohibidas que no se veían en la televisión... Y
ahí veías la famosa foto en la que la nena vietnamita con las manos en
alto como una paloma corriendo desnuda. Me acuerdo de que esa foto la vi
por primera vez cuando tenía nueve años y fue muy impresionante para
mí. Las impresiones y lo que uno mama y va consumiendo de los medios
ahora son distintas.
GC:
Y
pasamos además por una época tan... ¿cómo nombrarla?... acaso ningún
nombre sea suficiente para nombrar lo que sucedió allá por el ’76...
"Dedos en el espejo" trabaja con resonancias. Hay un momento en el que
una de las maestras del jardín, Luz Ojeda, está haciendo un collage
abstracto de una vaca, con algo picassiano. Llega el detective y le
dice: "¿esto qué es?". Ella responde: "el collage de una vaca". Y él,
con su visión racionalista: "ese colaye los chicos no lo van a
entender". Entonces la maestra le empieza a contar una historia de una
nena de 5 años, una tal señorita de Avignon. Le está contando la
historia y en un momento el detective comenta: "Avignon, todos cantan.
Tenemos métodos". Y sigue hablando. Habrá quien pueda escuchar las
resonancias de esa asociación de ideas. Y quien siga viendo el cuento de
detectives. De resonancias estamos hechos... Bueno, básicamente eso es
lo que quería decir de la obra. Ojalá puedan venir a vernos, nos
encantaría. La verdad es que le pusimos mucho esfuerzo. El vestuario
está armado en base a imágenes de los pintores prerafaelistas. Hay una
serie de detalles que cuidamos...
FP:
Mirá,
yo la voy a ir a ver y te voy a decir si puedo llevar a mis nenes. Por
las dudas, voy a llevar a todos mis amigos putitos de 17, 18 años y los
voy a dejar en la puerta. Si se puede, después les digo "pasen,
chicos".Te mando un abrazo, y el domingo nos vemos.
GC:
Bueno, mil gracias.
Bella Milagritos López
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